Futuro

¿El futúro está escrito?

Creo que no, pero si hay causalidades que están impresas en nuestra esencia...

Planteemos las cosas de otra manera:

¿El futuro es finito?


Conceptos como finito o infinito parecen tener poco sentido si los aplicamos al tiempo, asi que volvamos a replantear la pregunta.


¿ La tierra es infinita ?


Basta mirar unos pixeles más arriba par ver que si acaso es esférica, mas no infinita. La siguiente pregunta es obvia

¿Cuantos posibles futuros hay?


Para responder a esta pregunta vamos a analizar la naturaleza del tiempo. El tiempo es fractal...


CUANDO (ahora :-) perdonad, no he podido evitarlo, repito... cuando hablamos de fractales pensamos de inmediato en objetos que ocupan el espacio siguiendo patrones particulares. Entre sus propiedades básicas destacan:

* longitud infinita,
* dimensión fraccional o detalle a toda escala,
* Sin conceptospaciales que somos capaces de visualizar.

Imaginar un tiempo fractal parece rayar en los límites de la locura. Intantaremos tres aproximaciones


Primer intento. Si toda sucesión de eventos en el tiempo tuviera estructura fractal, nuestra vida podría ser un verdadero infierno. Cada instante contendría todo pasado y futuro y vivíriamos constantemente nuestra muerte, nuestro nacimiento, nuestro primer beso..... Si toda distribución de materia en el espacio siguiera las reglas de la geometría fractal, estaríamos en todas partes, seríamos el universo entero.




Segundo intento. Podríamos imaginar un fenómeno en el que los eventos que lo caracterizan no ocurrieran en intervalos igualmente espaciados de tiempo, sino por paquetes, y dentro de estos encontraríamos eventos similares distribuidos también en paquetes, y dentro de cada uno de ellos, más paquetes, y así hasta que la escala de tiempos se nos acabe.


Por ejemplo, detectamos una señal que se produce a lo largo de un mes varias veces al año. Al analizar su comportamiento en un mes vemos que realmente aparece a lo largo de un día varias veces al mes. El registro de la señal en esos días demuestra que se le detecta en algunas horas a lo largo del día, o mejor dicho, en algunos minutos a lo largo de la hora, o en algunos segundos a lo largo de cada minuto, etcétera.


La pregunta es, ¿tenemos derecho o no a decir que un fenómeno como éste se da en un tiempo fractal?


En un material amorfo como el vidrio, el hule o los plásticos, los átomos o moléculas que lo constituyen se encuentran distribuidos en posiciones aleatorias, y no ordenadamente, como en un cristal. Esto hace que el sistema esté lleno de defectos en donde los enlaces entre partículas se encuentran distorsionados y bajo tensión.


Cuando un material amorfo se sujeta a la acción de algún esfuerzo que lo deforma y luego se le libera, los defectos que hay en él se desplazan a lo largo del sistema y se dice que el material se relaja. Ahora bien, el asunto no es así de fácil pues cada defecto, para movilizarse, necesita tener energía suficiente para vencer la barrera que siempre se opone a ello. El tamaño de esta barrera de energía no es el mismo para todos los defectos y normalmente depende de su posición en el material y de su naturaleza.


Cuando la relajación se inicia, los defectos cuya barrera energética es pequeña se desplazan sin problema. Otros tardan más tiempo, y otros mucho más. El hecho es que la relajación se da en tiempo fractal, pues mientras algunos movimientos tardan años en darse, en ese intervalo ya se produjeron relajamientos en todas las escalas de tiempo (desde picosegundos en adelante).


Esta manera de concebir el problema ha resultado muy útil para comprender cómo "envejecen" algunos materiales amorfos como los plásticos que inundan nuestra vida cotidiana, o cómo responden a la acción de esfuerzos externos, por qué se fracturan o quiebran las botas de hule o por qué algunas fibras sintéticas con las que se fabrica la ropa se deforman más de la cuenta. El suponer la presencia de relajamientos que se dan a toda escala en el tiempo, ha permitido generar modelos comunes para todos estos fenómenos y simplificar su análisis. Todo esto con sólo pensar en la posibilidad de esta multiplicación interminable de tiempos.


El camino que ahora nos toca seguir está prácticamente trazado: espacio fractal y tiempo fractal, ¿cuál es el resultado de imaginar un fenómeno que se dé a toda escala, tanto desde el punto de vista espacial como temporal?


La respuesta está en el aire, aunque ya se han desarrollado algunas teorías y modelos que, aunque muy discutidos, han llamado la atención de muchos científicos. Estas nuevas ideas en las que se esconden conceptos como criticalidad autorganizada, señalan que estos fractales espaciales y temporales quizá se encuentran en fenómenos tan comunes como las avalanchas y los temblores. En general, se trata de sistemas que viven al borde del colapso, pero muestran una enorme capacidad de recuperación después de cada catástrofe.


La idea de una avalancha fractal no es tan complicada; pensemos tan sólo en un gran derrumbe dentro del cual se producen muchos pequeños derrumbes, y dentro de éstos, otros, y así sin límite. Esto sucede también desde el punto de vista temporal: algunas de las avalanchas dentro de otras avalanchas se darán en segundos, otras en minutos, otras en horas, etcétera.


¿Es todo esto producto de la casualidad o nos hemos empeñado en ver algo que no hay? ¿Es tan atractiva la idea que nos ha seducido hasta perder todo contacto con la realidad? ¿Están ahí o no están?